Dada su completa rigidez, el arte bizantino había conservado la mayoría de los descubrimientos de los pintores helenísticos, que sobrevivieron en la pintura-escritura de la edad de las tinieblas en Occidente.
La historia del arte, Phaidon, p. 201.
En esos días los pintores tenían que escribir debajo de cada figura su significado para que fuera reconocible, como da a entender Aristóteles. Hacia fines del siglo IV, cuando el naturalismo había alcanzado su punto más alto, los críticos comenzaron a delinear esta epopeya del progreso y a escribir las primeras historias del arte. Cicerón podía recurrir a ellas al ilustrar la idea del progreso hacia la perfección:
"¿Quién no conoce que las estatuas de Canaco son demasiado rígidas, y no imitan con verdad? Las de Calamis son todavía duras, pero menos que las de Canaco: las de Mirón se acercan más a la verdad, y casi pueden llamarse bellas: las de Polícleto son todavía más hermosas y casi pueden decirse perfectas. Lo mismo sucede en la pintura, donde aplaudimos las formas y las líneas de Ceusis, de Polígnoto, de Timantes y de todos los demás que sólo usaron cuatro colores. Pero en Aecio, Nicomaco, Protógenes y Apeles, es ya todo perfecto."
Esta es la formulación clásica sobre la fe misma contra la que el primitivismo se rebela, ya que, cuando Vasari escribió su historia del progreso del arte de Cimabue a Miguel Ángel, explícitamente hizo referencia a este pasaje del Brutus de Cicerón...
Variaciones sobre la historia del arte, Edhasa, p. 139-140.
En estos debates la referencia a las artes visuales es por lo general tangencial, pero sirvió a los críticos posteriores para equiparar los problemas de estilo en la retórica antigua con los problemas de las artes visuales. El temor a la corrupción que acompaña la idea clásica podía alimentarse de la denuncia de asianismo con mayor facilidad al haber un escritor antiguo que tuviera la autoridad para realizar una comparación así. Fue Petronio el que culpó de la muerte de la oratoria y de la pintura al mismo tipo de corrupción extranjera: "Recientemente esa engreída y monstruosa verborragia proveniente de Asia invadió Atenas y llenó las mentes de los jóvenes aspirantes como una epidemia, y así se corrompió la elocuencia, se detuvo por completo y expiró... La pintura murió de la misma manera luego de que la impertinencia de los egipcios hubiera inventado un atajo para es gran oficio...".
Variaciones sobre la historia del arte, Edhasa, p. 151-152.