Tal como los entendidos se ocupan de pintura y escultura, los rétores tratan sobre poesía con una libertad mayor con respecto a Aristóteles, tal como el autor anónimo del Tratado de lo Sublime, en que se encuentra la definición siguiente: "De un modo genérico se llama 'imaginación' a todo lo que puede producir de una manera u otra un pensamiento generador de palabra. Pero desde ahora, el nombre significa habitualmente las expresiones en que, lo que decimos por el efecto del entusiasmo y de la pasión, nos parece verlo y lo ponemos ante los ojoso de nuestros auditores." Quintiliano habla del mismo modo de lo que los griegos llamaban phantasias y que traduce por "visiones".
Dión Crisóstomo indica igualmente una distinción entre las artes: "Nosotros, escultores, debemos producir todo el efecto de parecido mediante una sola imagen que debe ser estable y permanente y comprender en ella toda la naturaleza y la calidad del dios. Al contrario, los poetas pueden encerrar en sus poesías muchas formas y atribuir a sus personajes movimientos, posturas, actos y palabras." Se ve indicada en este pasaje la distinción que hizo célebre al Laocoonte de Lessing.
Un género muy relativo de crítica de arte es la descripción literaria. Su modelo famoso son los versos de Homero acerca del escudo de Aquiles. El género fue gustado por los poeta de la Antología y se puso de moda (Estacio, Marcial, Apuleyo, Plinio el Joven, los dos Filostrato) por el placer de competir, mediante palabras, con las representaciones de los artistas.
Lionello Venturi, Historia de la crítica de arte, Poseidón, 1949, p. 39, 40, 43.