Las "armonías imitativas" de Herrera son Poesía pura porque si imitan el sentido por medio del sonido, lo hacen para producir una imagen de lo Bello. Porque, escribía Herrera: "Como aquel grande artífice (Fidias), cuando labró la figura de Júpiter o la de Minerva, no contemplaba otra de que imitase y trajese la semejanza, pero tenía en su entendimiento impresa una idea o forma maravillosísima de hermosura, en que, mirando atento, enderezaba la mano y el artificio a la semejanza de ella, así conviene que siga el poeta la idea de entendimiento, formada de lo más aventajado que pueda alcanzar la imaginación, para imitar de ella lo más hermoso y excelente".
Gabriel Celaya, Exploración de la poesía, Seix Barral, 1964.