Al ubicar este cuadro de Longhi como típico del rococó veneciano, Eva Gesine Baur dice respecto de la escena y la inclusión de escrituras en la superficie pictórica: "Parecen como citas de una vida veneciana que ya no tienen en sí, sino que únicamente exhiben. Delante de esta indiferencia silenciosa, el rinoceronte: pesado, apático, simple, pintado con una cierta ingenuidad; el cartel de la pared le identifica como Vero Ritratto di un Rinocerotto, el verdadero retrato de un animal que, en su exotismo, es lo único real."
Rococó, Taschen.
Detalle del cartel publicitario y su escritura