En Un perro andaluz no aparece ningún perro ni ningún andaluz. Se cree que el título es un «homenaje» surrealista a Federico García Lorca, que ya estaba enemistado con los directores. El poeta desde luego se dio por aludido. Buñuel tenía 29 años (fue su primera película) y Dalí 25. Ambos decidieron hacer un cine experimental, surgido lo más directamente posible del subconsciente. Buñuel declaró: «Escribimos el guión en menos de una semana, siguiendo una regla muy simple: no aceptar idea ni imagen que pudiera dar lugar a una explicación racional, psicológica o cultural». Otra muestra de escritura cinética que enlaza imagen en movimiento, sonido y texto para construir un relato plagado de símbolos de estirpe surreal.
Un perro andaluz, 1929.