El poeta victoriano Robert Browning compuso una serie de diálogos dramáticos en los que el discurrir de la palabra articula una voz poética y reconfigura la máscara teatral de un personaje histórico. Aquí copiamos los primeros versos del retrato del pintor italiano Filippo Lippi, uno de los referentes del joven Renacimiento Florentino. En este caso, el tópico ut pictura poesis nos propone la asunción de la voz poética de un pintor por parte de un poeta que se sumerge en los problemas plásticos de un arte ajeno.
Fray Lippo Lippi
Soy tan solo el humilde hermano Lippo,
con su permiso, ¡no hay necesidad
de quemarme las cejas con la antorcha!
¡Me cago en diez! ¿Qué pasa? Dense cuenta
de que están frente a un monje... ¿Qué? ¿Qué ya
pasó la medianoche y en su ronda
me sorprenden ustedes en el turbio
final de un callejón donde las pícaras
damas dejan sus puertas entreabiertas?
Mi claustro es el del Carmine, ¡vayamos,
si tanto quieren demostrar su celo,
a sorprender a cuantas ratas haya
a estas horas ahí en el agujero
incorrecto y llevémoslas aparte
de las blancas y tiernas ratoncitas
que se han colado a hacerles compañía!
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En Once personas, Bajo la luna, versión de Alejandro Crotto.