"...se ha abierto un museo imaginario que va a poner en evidencia la incompleta confrontación impuesta por los verdaderos museos: respondiendo al llamado de éstos, las artes plásticas han inventado su imprenta."
"Pero 'la pintura' no sucedió a la fe; sólo mucho más tarde encontrará lo que ella considerará su autonomía. La sucedió la poesía. La poesía no solamente fue durante siglos, en el mundo entero, uno de los elementos de la pintura, sino que ocurrió que la pintura fue el medio de acción privilegiado de la poesía; muerto Dante, y no habiendo Shakespeare nacido todavía, ¿qué son los poetas de la cristiandad, frente a Piero della Francesca, a Fra Angélico, a Botticelli, a Piero di Cosimo, a Leonardo, a Ticiano, a Miguel Ángel? ¿Qué versos contemporáneos de Watteau están a su altura? La distinción que se hace hoy entre los medios específicos de la pintura y sus medios de poesía es tan confusa como la de forma y contenido. Hubo allí un dominio invisible. Por la poesía están los colores de Leonardo 'reunidos según cierto orden'. 'La pintura', escribe, 'es una poesía que se ve'."
"Mejor que excluir la poesía de la pintura, sería advertir que toda gran obra plástica está ligada con ella."
"La pintura fue siempre por lo menos cómplice de esta poesía, y la pintura religiosa no lo fue menos que la nuestra. Pero, desde el Renacimiento hasta Delacroix, no fue solamente cómplice; estuvo ligada a la poesía como lo había estado a la fe. Leonardo, Rembrandt, Goya, buscan y descubren la expresión poética tanto como la expresión plástica, y a menudo, al mismo tiempo. Los ahorcados de Pisanello, la lejanía diurna de Leonardo y la lejanía nocturna de Bosch, la luz de Rembrandt, los fantasmas de Goya, pertenecen a una y a otra. La reina de Saba es suscitada por el arte de Piero, el Hijo Pródigo por el de Rembrandt, Citerea por el de Watteau, las apariciones por el de Goya. Con la misma naturalidad con que una planta florece, esta arte es poesía. "
André Malraux, Las voces del silencio, Emecé, 1956, p. 14, 52, 56.