En Italia, durante el Renacimiento, el paisaje floreció principalmente en Venecia. A comienzos del Cinquecento, por ejemplo, Giorgione trasformó el ambiente de sus escenas, misteriosas y bañadas en reflexiones esotéricas, en "poesía" lírico-natural, por cita el lenguaje que entonces se empleaba usualmente. Con él, poetas y pintores venecianos como Tiziano o Lorenzo Lotto "reanimaron" el género, transmitido por las fuentes literarias de la Antigüedad clásica, de la pastoral, las escenas de pastores en una naturaleza arcádica; es decir, paradisíaca, que el ojo experimenta como paisaje de una atmósfera cautivadora.
Pintura paisajista, Norbert Wolf, Taschen, 2017.
San Jorge y el dragón, Giorgione.