Que algunos pintores a veces escriben parece constituir ya una certeza, una manifestación más del vínculo entre las artes y de las posibilidades procedimentales del ut pictura poesis. A continuación presentamos algunos fragmentos textuales de Da Vinci y de Van Gogh, en los cuales ambos artistas piensan el hacer pictórico desde la asunción de diferentes géneros discursivos. Las/os invito a leer y pensar estos trabajos en relación con una serie de interrogantes que les planteo al final de esta entrada:
Tratado de la pintura
de Leonardo Da Vinci
I. Lo que primeramente debe aprender un joven.
El joven debe ante todas cosas aprender la Perspectiva para la justa medida de las cosas: después estudiará copiando buenos dibujos, para acostumbrarse a un contorno correcto: luego dibujará el natural, para ver la razón de las cosas que aprendió antes; y últimamente debe ver y examinar las obras de varios Maestros, para adquirir facilidad en practicar lo que ya ha aprendido.
II. Qué estudio deban tener los jóvenes.
El estudio de aquellos jóvenes que desean aprovechar en las ciencias imitadoras de todas las figuras de las cosas criadas por la naturaleza, debe ser el dibujo, acompañado de las sombras y luces convenientes al sitio en que están colocadas las tales figuras.
III. Qué regla se deba dar a los principiantes.
Es evidente que la vista es la operación más veloz de todas cuantas hay, pues solo en un punto percibe infinitas formas; pero en la comprensión es menester que primero se haga cargo de una cosa, y luego de otra: por ejemplo: el lector verá de una ojeada toda esta plana escrita, y en un instante juzgará que toda ella está llena de varias letras; pero no podrá en el mismo tiempo conocer qué letras sean, ni lo que dicen ; y así es preciso ir palabra por palabra, y línea por línea, enterándose de su contenido. También para subir a lo alto de un edificio, tendrás que hacerlo de escalón en escalón, pues de otro modo será imposible conseguirlo. De la misma manera, pues, es preciso caminar en el arte de la Pintura. Si quieres tener una noticia exacta de las formas de todas las cosas, empezarás por cada una de las partes de que se componen, sin pasar a la segunda, hasta tener con firmeza en la memoria y en la práctica la primera. De otro modo, o se perderá inútilmente el tiempo, o se prolongará el estudio: y ante todas cosas es de advertir, que primero se ha de aprender la diligencia que la prontitud.
IV. Noticia del joven que tiene disposición para la Pintura.
Hay muchos que tienen gran deseo y amor al dibujo, pero ninguna disposición:, y esto se conoce en aquellos jóvenes, a cuyos dibujos les falta la diligencia, y nunca los concluyen con todas las sombras que deben tener.
V. Precepto al Pintor.
De ningún modo merece alabanza el Pintor que solo sabe hacer una cosa, como un desnudo, una cabeza, los pliegues, animales, países u otras cosas particulares a este tenor; pues no habrá ingenio tan torpe, que aplicado a una cosa sola, practicándola continuamente, no venga a ejecutarla bien.
VI. De qué manera debe estudiar el joven.
VI. De qué manera debe estudiar el joven.
La mente del Pintor debe continuamente mudarse a tantos discursos, cuantas son las figuras de los objetos notables que se le ponen delante; y en cada una de ellas debe detenerse a estudiarlas, y formar las reglas que le parezca, considerando el lugar, las circunstancias, las sombras y las luces.
VII. Del modo de estudiar.
Estudíese primero la ciencia, y luego la práctica que se deduce de ella. El Pintor debe estudiar con regla, sin dejar cosa alguna que no encomiende a la memoria, viendo qué diferencia hay entre los miembros de un animal, y sus articulaciones o coyunturas.
VIII. Advertencia al Pintor.
El Pintor debe ser universal, y amante de la soledad, debe considerar lo que mira, y raciocinar consigo mismo, eligiendo las partes más excelentes de todas las cosas que ve; haciendo como el espejo que se trasmuta en tantos colores como se le ponen delante; y de esta manera parecerá una segunda naturaleza.
IX. Precepto del Pintor universal.
Aquel que no guste igualmente de todas las cosas que en la Pintura se contienen, no será universal; porque si uno gusta solo de países, es señal de que solo quiere ser simple investigador, como dice nuestro Boticello, el cual añadía que semejante estudio es vano; porque arrimando a una pared una esponja llena de varios colores, quedará impresa una mancha que parecerá un país. Es verdad que en ella se ven varias invenciones de aquellas cosas que pretende hacer el hombre, como cabezas, animales diversos, batallas, escollos, mares, nubes, bosques y otras cosas así: pero es casi como la música de las campanas, que dice lo que a tí te parece que dice. Y así, aunque tales manchas te den invención, nunca te podrán enseñar la conclusión y decisión de una cosa en particular, y los países del dicho Pintor eran bien mezquinos.
X. De qué manera ha de ser universal el Pintor.
El Pintor que desee ser universal, y agradar a diversos pareceres, hará que en una sola composición haya masas muy oscuras, y mucha dulzura en las sombras; pero cuidado de que se advierta bien la razón y causa de ellas.
Cartas a Théo
de Vincent Van Gogh
* * *
de Vincent Van Gogh
8 de setiembre de 1888
Por fin, con gran alegría del dueño de casa, del cartero que he pintado, de los vagabundos nocturnos visitantes y de mí mismo, he pasado tres noches en vela, pintando, y he dormido durante el día. A menudo me parece que la noche es mucho más viviente y ricamente colorida que el día.
Ahora, en lo que se refiere a recuperar el dinero pagado al dueño de casa con mi pintura, no insisto, pues el cuadro es uno de los más feos que haya pintado. Es el equivalente, aunque distinto, de los comedores de papas. He tratado de expresar con el rojo y verde las terribles pasiones humanas. La sala es rojo sangre y amarillo sordo, con una mesa de billar verde en el medio, y cuatro lámparas amarillo limón con irradiaciones naranja y verde. Por doquier hay un combate y una antítesis de los verdes y los rojos más diversos, en los personajes de granujas dormilones, en la sala vacía y triste, del violeta y del azul. Por ejemplo, el rojo sangre y el verde amarillento del billar contrastan con el verdecito tierno Luis XV del mostrador, donde se ve un ramo rosado. La ropa blanca del patrón, que vela en un rincón de esa hoguera, se torna amarillo limón, verde pálido y luminoso...
Me place mucho que Pizarro encontrara algo en la Jovencita.
¿Ha dicho algo Pizarro del Sembrador? Más tarde, cuando haya llevado más adelante estas búsquedas, el Sembrador quedará como el primer ensayo de este género. El Café nocturno continúa al Sembrador, así como la cabeza del viejo campesino y la del poeta, si es que llego a ejecutar este último cuadro.
Ahora, en lo que se refiere a recuperar el dinero pagado al dueño de casa con mi pintura, no insisto, pues el cuadro es uno de los más feos que haya pintado. Es el equivalente, aunque distinto, de los comedores de papas. He tratado de expresar con el rojo y verde las terribles pasiones humanas. La sala es rojo sangre y amarillo sordo, con una mesa de billar verde en el medio, y cuatro lámparas amarillo limón con irradiaciones naranja y verde. Por doquier hay un combate y una antítesis de los verdes y los rojos más diversos, en los personajes de granujas dormilones, en la sala vacía y triste, del violeta y del azul. Por ejemplo, el rojo sangre y el verde amarillento del billar contrastan con el verdecito tierno Luis XV del mostrador, donde se ve un ramo rosado. La ropa blanca del patrón, que vela en un rincón de esa hoguera, se torna amarillo limón, verde pálido y luminoso...
Me place mucho que Pizarro encontrara algo en la Jovencita.
¿Ha dicho algo Pizarro del Sembrador? Más tarde, cuando haya llevado más adelante estas búsquedas, el Sembrador quedará como el primer ensayo de este género. El Café nocturno continúa al Sembrador, así como la cabeza del viejo campesino y la del poeta, si es que llego a ejecutar este último cuadro.
Vincent
Para pensar estos fragmentos:
1. ¿Qué dicen estos textos acerca del propio hacer del pintor?
2. ¿Para qué creen que el artista deja los pinceles y empuña la pluma?
3. ¿Qué similitudes y diferencias encuentran entre ambos escritos?
4. ¿Qué diferentes visiones de la pintura encarnan aquí Da Vinci y Van Gogh?