A modo de presentación de la poesía concreta, les dejamos aquí unos fragmentos de un artículo del investigador Onetto Muñoz, "Una mirada escéptica a la poesía concreta. Eugen Gomringer: ¿publicista o poeta?", en el cual pone en contexto el surgimiento de esta poesía -construida a partir de la articulación de lenguaje verbal, imágenes, signos y espacialidad de la página-, como otra manifestación posible, para el arte moderno, del tópico ut pictura poesis. Muchas veces la expresión "poesía concreta" y "poesía visual" se toman como sinónimos o expresiones equivalentes. Al final de esta entrada encontrarán un link para descargar una de las antologías más completas -en alemán- sobre este género:
Según el diccionario de conceptos literarios de Otto F. Best, "concretismo" es:
una corriente de la lírica moderna que ajusta los elementos lingüísticos de sus composiciones según apreciaciones de tipo óptico y auditivo, renunciando de ese modo a copiar y comprender la realidad empírica y poniendo en cuestión, en su lugar, a la palabra individual: la cual es tomada como forma de pensamiento, haciéndose uso de ella en cada una de sus posibilidades concretas; en virtud de lo cual surgen ideogramas y constelaciones, en los que el contenido de significación y la estructura son idénticos; en que la realidad del texto por así decir reposa en la estructura, en la función.
[...]
CONTEXTO Y FUNDAMENTO DE LA POESÍA CONCRETA
Una fase previa en el desarrollo de la nueva poesía concreta fueron, en los años cuarenta, los complejos impresos de palabras conocidos como I testi-poemi murali (1944) y Corpi di poesia (1951) de Carlo Belloli, uno de aquellos autores que se consideraron a sí mismos continuadores del Futurismo. Se trata de textos nos dice la investigadora Christine Weiss que quieren poner en libertad todas las dimensiones del lenguaje: las acústicas, las ópticas y la dimensión del significado. Tales son, pues, las características típicas de la poesía concreta; pero más tarde prefirió ésta el término audio-visual para su concepción poética, para no separarse de otras obras semánticamente semejantes. Todo se ha de mover entonces en torno a esa estructura de significación del material utilizado. Se trata de textos con combinaciones de palabras, donde se configura un campo de significado con cualidades materiales tales como la superficie textual, la ubicación y la tipografía, esto es, la concretización misma del material lingüístico. Y donde es finalmente el receptor quien ha de activar ese campo de significado. En el origen de esta poesia se hallan, de hecho, en sus fuentes literarias, el barroco, Mallarmé, Apollinaire, Arno Holz, Hugo Ball, E.E. Cummings y W. Carlos Williams, pero también futuristas y dadaístas, como se verá más adelante por sus máximas sobre el lenguaje; y en sus fuentes artísticas más abstractas, Mondrian y Kandinsky.
Pero fue el sueco Öyvind Fahlström, en 1953, quien diera el primer paso, cuando escribió el Manifiesto para la Poesía Concreta, primer manifiesto que acuñó el término "poesía concreta" como denominación para un cierto tipo de poesía. El manifiesto fue editado recién en 1966 y no tuvo, por tanto, influencia alguna sobre el movimiento histórico concretista. Fahlström sugería tratar el lenguaje como materia concreta: se podía crear poesía como una estructura meramente material, permitiendo así una libertad a todo tipo de proceder experimental. Su clara consigna era: "tritura lo material del lenguaje, no sólo los diseños estructurales completos; comienza ya con los elementos más pequeños del lenguaje". Este trato con el lenguaje significaba entonces disolver la sintaxis (el nuevo proceder se llama ritmización, o sea, el reparto de elementos lingüísticos por la superficie y su repetición), repartir libremente las palabras sobre la superficie, permutar palabras y sílabas. Fahlström empleó también, en los años 50, como material de sus "textos visuales", signos no lingüísticos, construyendo así complejos de texto e imagen.
El impulso decisivo para el desarrollo del concepto de poesía concreta, empero, lo realizó Eugen Gomringer y el grupo brasileño Noigandres (el nombre lo tomaron del Canto XX, de Ezra Pound), quienes acordaron la denominación última de aquella poesía como "concreta", a mediados de los años cincuenta, hecho que fue ya la confirmación internacional de esta nueva tendencia en la literatura. El documento más importante del Grupo brasileño, fundado en 1952, por los poetas Augusto de Campos, Haroldo de Campos, y Dêcio Pignatari, fue el escrito firmado por los tres, y aparecido recién íntegramente en 1958, llamado Plano-Pilôto para Poesia Concreta. El principio estructural de sus textos lo denominaron: isomorfismo. Con ello aludían a la construcción del texto, que se iba armando por igual en distintos planos: a nivel sonoro, de imagen y de significación del material del lenguaje; en la práctica, el texto no busca representar decursos complejos de contenido, como en un discurso regulado sintácticamente, sino mostrar mediante la presentación de unidades lingüísticas repartidas sobre la superficie, un oscilar constante entre sus valores semánticos, acústicos y ópticos.
Los principios fundamentales de este Plano-Pilôto para Poesia Concreta eran:
1) Establecer la superficie como un elemento constitutivo del poema; presentar en forma libre el texto sobre la superficie, en el espacio. Es el primer paso dado para entregar una sensación de los textos como objetos, desarrollar una sensación del lenguaje como algo material, tal como lo mostrase el concepto de texto que tenía Mallarmé.
2) Disolver la sintaxis tradicional: el ideograma hecho de palabras. Para hacer efectiva la superficie del texto como algo constituyente suyo, tiene y debe de existir un nuevo tipo de sintaxis, una sintaxis de superficie, que tense o ponga los elementos lingüísticos unos con otros, en un amplio ensamble de relaciones. Dice el Manifiesto citado también por Weiss:
Poesía concreta = objetos de palabras tensados en el ensamble espacio-temporal. Estructura dinámica: múltiples movimientos concomitantes. Poesía concreta = mediante el uso del sistema fonético y de la sintaxis analógica crear una región lingüística específica, con una locación visual de la palabra, que reúna las ventajas de la mediatez no-verbal con los valores de las palabras.
Ello implica que las formaciones de palabras no se presentan más como un ensamble evidente y funcional entre palabras. De esto se extrae, a su vez, el tipo especial de semántica de la poesía concreta.
3) La exposición de una estructura en lugar de la transmisión de un mensaje: presentación en lugar de representación.
El poema concreto es comunicación de su propia estructura. Es un objeto que se satisface a sí mismo y una exposición de otro objeto de sentimientos más o menos subjetivos. Su material es la palabra: sonido, forma-visual y semántica. Su problema: las relaciones funcionales de este material: no trata de mensajes comunes o habituales.
Según el diccionario de conceptos literarios de Otto F. Best, "concretismo" es:
una corriente de la lírica moderna que ajusta los elementos lingüísticos de sus composiciones según apreciaciones de tipo óptico y auditivo, renunciando de ese modo a copiar y comprender la realidad empírica y poniendo en cuestión, en su lugar, a la palabra individual: la cual es tomada como forma de pensamiento, haciéndose uso de ella en cada una de sus posibilidades concretas; en virtud de lo cual surgen ideogramas y constelaciones, en los que el contenido de significación y la estructura son idénticos; en que la realidad del texto por así decir reposa en la estructura, en la función.
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CONTEXTO Y FUNDAMENTO DE LA POESÍA CONCRETA
Una fase previa en el desarrollo de la nueva poesía concreta fueron, en los años cuarenta, los complejos impresos de palabras conocidos como I testi-poemi murali (1944) y Corpi di poesia (1951) de Carlo Belloli, uno de aquellos autores que se consideraron a sí mismos continuadores del Futurismo. Se trata de textos nos dice la investigadora Christine Weiss que quieren poner en libertad todas las dimensiones del lenguaje: las acústicas, las ópticas y la dimensión del significado. Tales son, pues, las características típicas de la poesía concreta; pero más tarde prefirió ésta el término audio-visual para su concepción poética, para no separarse de otras obras semánticamente semejantes. Todo se ha de mover entonces en torno a esa estructura de significación del material utilizado. Se trata de textos con combinaciones de palabras, donde se configura un campo de significado con cualidades materiales tales como la superficie textual, la ubicación y la tipografía, esto es, la concretización misma del material lingüístico. Y donde es finalmente el receptor quien ha de activar ese campo de significado. En el origen de esta poesia se hallan, de hecho, en sus fuentes literarias, el barroco, Mallarmé, Apollinaire, Arno Holz, Hugo Ball, E.E. Cummings y W. Carlos Williams, pero también futuristas y dadaístas, como se verá más adelante por sus máximas sobre el lenguaje; y en sus fuentes artísticas más abstractas, Mondrian y Kandinsky.
Pero fue el sueco Öyvind Fahlström, en 1953, quien diera el primer paso, cuando escribió el Manifiesto para la Poesía Concreta, primer manifiesto que acuñó el término "poesía concreta" como denominación para un cierto tipo de poesía. El manifiesto fue editado recién en 1966 y no tuvo, por tanto, influencia alguna sobre el movimiento histórico concretista. Fahlström sugería tratar el lenguaje como materia concreta: se podía crear poesía como una estructura meramente material, permitiendo así una libertad a todo tipo de proceder experimental. Su clara consigna era: "tritura lo material del lenguaje, no sólo los diseños estructurales completos; comienza ya con los elementos más pequeños del lenguaje". Este trato con el lenguaje significaba entonces disolver la sintaxis (el nuevo proceder se llama ritmización, o sea, el reparto de elementos lingüísticos por la superficie y su repetición), repartir libremente las palabras sobre la superficie, permutar palabras y sílabas. Fahlström empleó también, en los años 50, como material de sus "textos visuales", signos no lingüísticos, construyendo así complejos de texto e imagen.
El impulso decisivo para el desarrollo del concepto de poesía concreta, empero, lo realizó Eugen Gomringer y el grupo brasileño Noigandres (el nombre lo tomaron del Canto XX, de Ezra Pound), quienes acordaron la denominación última de aquella poesía como "concreta", a mediados de los años cincuenta, hecho que fue ya la confirmación internacional de esta nueva tendencia en la literatura. El documento más importante del Grupo brasileño, fundado en 1952, por los poetas Augusto de Campos, Haroldo de Campos, y Dêcio Pignatari, fue el escrito firmado por los tres, y aparecido recién íntegramente en 1958, llamado Plano-Pilôto para Poesia Concreta. El principio estructural de sus textos lo denominaron: isomorfismo. Con ello aludían a la construcción del texto, que se iba armando por igual en distintos planos: a nivel sonoro, de imagen y de significación del material del lenguaje; en la práctica, el texto no busca representar decursos complejos de contenido, como en un discurso regulado sintácticamente, sino mostrar mediante la presentación de unidades lingüísticas repartidas sobre la superficie, un oscilar constante entre sus valores semánticos, acústicos y ópticos.
Los principios fundamentales de este Plano-Pilôto para Poesia Concreta eran:
1) Establecer la superficie como un elemento constitutivo del poema; presentar en forma libre el texto sobre la superficie, en el espacio. Es el primer paso dado para entregar una sensación de los textos como objetos, desarrollar una sensación del lenguaje como algo material, tal como lo mostrase el concepto de texto que tenía Mallarmé.
2) Disolver la sintaxis tradicional: el ideograma hecho de palabras. Para hacer efectiva la superficie del texto como algo constituyente suyo, tiene y debe de existir un nuevo tipo de sintaxis, una sintaxis de superficie, que tense o ponga los elementos lingüísticos unos con otros, en un amplio ensamble de relaciones. Dice el Manifiesto citado también por Weiss:
Poesía concreta = objetos de palabras tensados en el ensamble espacio-temporal. Estructura dinámica: múltiples movimientos concomitantes. Poesía concreta = mediante el uso del sistema fonético y de la sintaxis analógica crear una región lingüística específica, con una locación visual de la palabra, que reúna las ventajas de la mediatez no-verbal con los valores de las palabras.
Ello implica que las formaciones de palabras no se presentan más como un ensamble evidente y funcional entre palabras. De esto se extrae, a su vez, el tipo especial de semántica de la poesía concreta.
3) La exposición de una estructura en lugar de la transmisión de un mensaje: presentación en lugar de representación.
El poema concreto es comunicación de su propia estructura. Es un objeto que se satisface a sí mismo y una exposición de otro objeto de sentimientos más o menos subjetivos. Su material es la palabra: sonido, forma-visual y semántica. Su problema: las relaciones funcionales de este material: no trata de mensajes comunes o habituales.