Sobre los pictogramas,
ideogramas y alfabetos como herramientas de la representación plástica.
El uso por parte de los pintores de una herramienta ajena
a su campo acción como la escritura ha ido proliferando a lo largo del siglo
XX, sobre todo motivado ésto por la mezcla de lenguajes expresivos a que apuntaron
los movimientos de vanguardia. En nuestro país, el maridaje pintura-escritura tuvo
bastantes adeptos durante la inquieta década del 60, con la irrupción en el
ambiente vernáculo de las artes visuales del conceptualismo, el pop y el arte
de los medios.
Para plantear una primera aproximación sobre la
puesta en obra del tópico ut pictura
poesis en el ámbito local, decidimos enfocar la investigación sobre
escrituras pictográficas, ideográficas y alfabéticas en el campo de las artes
visuales y en un período breve pero capital del arte moderno argentino: el que va entre
1966 (cuando se concretan las primeras experiencias en la poesía visual y
cobran luz pública las experiencias desarrollas en el Di Tella) y el oscuro año
1976 (cuando se interrumpe el desarrollo democrático y los artistas se
repliegan o modifican sus estrategias de composición y difusión de sus obras).
Para
ello, abordaremos dos artículos de circulación digital, el primero con la autoría de Carlos
Gradin titulado “Poesía, imágenes y medios de comunicación en la Revista
Diagonal Cero (1962 - 1969)”; el segundo, un ensayo conjunto de Ana Longoni y
Fernando Davis, “Cuidado con la pintura”. Gradin, un poeta e investigador del
grupo Ludión –a cargo de la
investigadora Claudia Kozak–, sigue el recorrido de la revista platense Diagonal Cero y el rol de los artistas
nucleados a su alrededor, en el contexto de la primera muestra de poesía visual
y sonora que se realiza en nuestro país, La
Expo Internacional de Novísima Poesía montada en el Centro de Artes
Visuales del Instituto Di Tella en mayo de 1969. Los objetos expuestos, como ser
“diarios, ventiladores que inflan globos, torres de Babel, tachos para patear,
frases en cuatro idiomas, libros vacíos”, contrastan con la idea de género que
se tiene de la poesía –sobre todo de la poesía como dependiente de la lírica– y
constituyen “una declaración de guerra” contra sus marcas más estereotipadas:
los sonetos, las imágenes sensoriales, las metáforas, el repliegue del yo, los clubes literarios, concursos,
etc. Los trabajos allí reunidos de un grupo de poetas de la ciudad de La Plata –Vigo,
Pazos, Ginzburg, Gancedo–, se proponen revertir los mandatos impuestos
por el género, abordar la espacialidad y el despliegue de las escrituras en el
soporte, “desde la superación de los límites formales de la página y la
linealidad tipográfica hasta la inclusión activa de los receptores de las
obras”, como señala el autor del artículo. Incluso, la apuesta al salto del soporte
bidimensional, como la página o el afiche, a la tridimensión de los objetos:
artefactos, máquinas y dispositivos lúdicos con los que poder interactuar.
A su vez, en la citada exposición, las posibilidades
tecnológicas que brindan los nuevos medios de comunicación serán reapropiados
como expresión del imaginario artístico; el poeta-artista hará con ellos un uso
lúdico de los medios y dispositivos tecnológicos con los que gestionan el contacto. Al respecto, una de las
obras expuestas, la de Omar Gancedo titulada IBM, consiste en “una serie de
tarjetas perforadas pertenecientes a un primitivo modelo de computadora,
intervenidas con palabras que parecen una parodia de cantos tribales (“BAM HAM
/ EN LA SELVA / DE / MARAJATAN / GATAN”). Las tipografías elegidas subrayan el
efecto que persigue la obra, ya que se trata de las letras de puntos negros
propias de las primeras computadoras:
Luego de la tarjeta, Gancedo
transcribe el poema resultante, siguiendo la matriz de las formas estróficas y el
verso libre, entroncando con la joven tradición de la poesía fónica practicada por los dadaístas y
futuristas italianos:
HUM
CARARUM
JUN
EN LOS
ARBOLES
UN
CARABUM
JUM
EN EL
MAR
Luis Pazos, por su parte, expone allí sus PHONETIC POP SOUNDS, obra que consiste en una corneta de la cual cuelgan o
“salen” de su boquilla una larga tira de poemas visuales, cuyos despliegues de
grandes letras tipográficas y en colores sostienen expresiones onomatopéyicas.
Estas propuestas no sólo intentan superar las restricciones genéricas de la
poesía, sino que le suman estrategias de la publicidad, el lenguaje de los
afiches, las revistas o la prensa gráfica, ampliando de ese modo los códigos
expresivos que se complementan en la página y los sistemas de escritura que
entran en juego para articular símbolos, letras alfabéticas o pictografías
mediante un mensaje plural que invita a las intervenciones de un nuevo tipo de
espectador-lector-performer. Al respecto señala Gradin: “Pazos concebía a la
poesía visual en la clave utópica de un lenguaje a disposición del público”, un
lenguaje que ponía en circulación tanto imágenes mediáticas como fragmentos de
escrituras jeroglíficas, y en donde signos, gramas e íconos se entrelazan en oraciones
de una sintaxis trans-código: “hacer realidad las profecías de Mc. Luhan sobre una nueva era
post-alfabética. Imágenes y caracteres vueltos a combinar como si sus autores
acusaran la proliferación audiovisual y procesaran esa conmoción sensorial
realizando un recorte y una traducción propia, una auto-edición de los
contenidos dispersos en el ecosistema comunicativo.” (Gradin, op. cit.)
Respecto del otro trabajo reseñado, el
artículo “Cuidado con la pintura” de Longoni y Davis, aquí los autores aportan
una serie de experiencias desde el campo de la plástica que se pueden articular
con las diferentes operatorias de inscripción pictórica producto del ut pictura poesis. Del recorrido por la
historia de la plástica argentina desde la década del ´50 hasta el presente, iremos
señalando aquellos casos -sólo algunos- en los que la pintura hace de los sistemas de
escritura sus medios de representación visual, como podemos reconocer en algunos trabajos
de Federico Peralta Ramos, Alberto Greco, Juan Carlos Romero, el trío pop
Giménez, Puzzovio y Squirru, el colectivo de Arte de los Medios integrado
Jacoby, Costa y Escari; como así también en algunas obras de Ricardo Carreira,
la asociación Argentina de Artistas Plásticos (SAAP), entre otros.
La
paradoja que instala Peralta Ramos con su obra Cuidado con la pintura y que
da presta su título para el artículo, plantea un doble juego semántico: como
cartel indicativo en la Galería Arte
Nuevo (1971) advierte acerca de la presencia de “pintura fresca” y, a su
vez, invita al espectador desprevenido a cuidarse del arte de la pintura, como
si se tratara de un feroz perro policía detrás de las rejas. Aquí el juego de
la representación pictórica está dado por la escritura alfabética como soporte
del mensaje y del contenido plástico en su totalidad. En otras obras, por
ejemplo en Qué lindo que es estar tirado en la cama mirando T, un acrílico
sobre tela, Peralta Ramos también se vale de la escritura alfabética para
elaborar su obra, pero en este caso asumiendo una caligrafía manual que ocupa todo
el cuadro, en negro sobre blanco, con letras que chorrean hacia abajo y que transparentan el trabajo manual de los trazos, como para que no queden dudas…
Ya desde
mediados de la década del ´50 Alberto Greco venía trabajando con algunos afiches
en los que la consigna publicitaria sobre su propio rol como artista estaba
vehiculizada por la escritura alfabética, en este caso recurriendo al diseño
tipográfico y el diagramado típico de los afiches para instalar en la vía
pública. “Greco, el pintor informalista más grande de América”, “Greco, ¡qué
grande sos!”, autoproclamaban estos trabajos. Aquí se ironiza sobre la figura
del pintor, un paso antes del producto o la mercancía, posiblemente como rémora
de la construcción que sobre la figura del artista hicieran, primero durante el
Renacimiento y luego en el Romanticismo.
Similar apropiación de los códigos
publicitarios, de la promoción y el marketing llevó a tres artistas del pop local a
estampar su figura y el lema “¿Por qué son tan geniales?” (1965) en una valla
ubicada en la esquina de Viamonte y Florida. La firma de Dalila Puzzovio,
Carlos Squirru y Edgardo Giménez acompañaba a la pregunta retórica escrita en
grandes letras mayúsculas, y debajo sobre fondo blanco aparecían, sonrientes,
los tres artistas expuestos como cándidas estrellas masmediáticas, ofrecidos ahora al
consumo de los transeúntes.
En todos
estos casos, se trata de la mostración de la escritura en su materialidad, de
los grafos dispuestos sobre el soporte de la representación pictórica. Y es precisamente
esta escritura desplegada la que soporta el peso de la exposición visual, a
veces ella sola, a veces en diálogo con las imágenes tomadas del universo
multimedial. Como si llegado a un punto de quiebre, la pintura se interrogara
acerca de la vida o el agotamiento de sus objetos de representación, y ahora la
mímesis recayera no sobre paisajes, bodegones o marinas sino sobre los signos
de una escritura que se muestra y se ofrece para ser vista, además de leída o
interpretada.
Un juego
distinto es el que proponen desde el colectivo formado por Jacoby, Costa y Escari, integrantes del grupo Artes de los Medios, cuando en 1966 dan
a conocer a través de la prensa “un suceso inexistente”. Con el antihappening que recuperan Longoni y
Davis en su reseña, la escritura sigue siendo el vehículo de la obra, pero aquí la apuesta
significante es otra. Lo que se preanuncia es una acción performática que nunca
existió y los registros periodísticos son toda la materialidad de la obra, son lo
único existente de ese –así llamado– Happening para un jabalí difunto propuesto a
la expectación. Nuevamente, es la escritura alfabética la que posibilita la
obra de arte, en este caso como crónica de un suceso-fantasma, de un
espectáculo que paradójicamente desapareció antes de fuera dado a luz. Quizá el
arte, anticipándose, estuviera prefigurando ya sucesos de desaparición que se
implementarían como práctica sistemática en nuestro país, a partir del fatídico
año 1976.
Sebastián Bianchi
Bibliografía
Gradin,
Carlos. “Poesía, imágenes y medios de comunicación en la Revista Diagonal Cero
(1962 - 1969)”. Disponible en: http://2010.cil.filo.uba.ar/ponencia/poes%C3%AD-im%C3%A1genes-y-medios-de-comunicaci%C3%B3n-en-la-revista-diagonal-cero-1962-1969
Longoni,
Ana y Davis, Fernando. “Cuidado con las palabras”. Disponible en: http://www.hipotecarioarte.com/mas-textos/cuidado-con-la-pintura-2/