por Fray Mocho
-¿A mí con arte antiguo...? ¡Cómo no!... Qué mérito tiene... ¿vamos a ver?... ¿la copia servil de la naturaleza?... ¡Gran cosa!... Y, sobre todo, cualquiera se mete a pintar sin saber dibujo y se gana la vida como me la gano yo, por ejemplo, qu´empecé por sacudirle a las puertas y a las ventanas y que hoy ¡ya les priendo a las muestras y a los carteles!... El asunto es meterle uno de su cabeza... sacar lo que se tiene adentro y corregirle la plana al mismo Dios, que si mucho me apuran no ha sido más que un macaniador... ¿No están ahí, para probarlo, las bolas de billar, por ejemplo, que son una vergüenza verdadera? ¿Quién sino él ib´a tener la ocurrencia de hacerlas de marfil y darles la forma que les dio...? Es chacota encontrar un amarillo que no aparezca amarillo pero que lo sea y después de darles el relieve para que salgan y no parezcan obleas pegadas en la paré... ¡Yo les puse unas a un italiano en el Once, que si n´hubiese sido porqu´él quiso que se las envolvieran en una cinta verde, me salían mejor que las de marfil! Quisiera que los enemigos del modernismo m´hiciesen una paloma como la que l´hice a la empres´e e mensajeros... Hast´aura veo a la gente que la miraba embobada y escucho lo que decía:
-¡P´cha paloma... linda! ¡Parece un avestruz con sombrero calañés!
Y decir que hay una punta de infelices que jujan del modernismo así no más... ¡por la impresión que les producen las figuras! Ellos cren, quizás, qu´el arte´stá´su alcance porque conocen si es una vaca lo qu´el artista quiso representar... ¡y ya son dichosos!... ¡Si supiesen los pobrecitos qu´en el arte modernista la belleza está, precisamente, en todo lo no pintao, y que nosotros gastamos en cada pincelada tanto fósforo como pintura! ¿Pero qué van saber?... ¡Si en el mundo anda en circulación cada ejemplar de papanatas...! Si yo no me hubies´hecho modernista, ¿vamos a ver?... ¿de qué andarí´a estas horas? Tal vez fuera president´e la República, panadero, vendedor ambulante, o dueño de alguna cancha´e bochas... ¡como tantos! ¡Pucha! Cada vez que pienso en estas cosas se me paran los cabellos ¡y hasta me siento con ojos parecidos a los de Roca...! ¡La gran perra...! ¡y considerar que yo aprendí a pintar de afición no más y que me metí de modernista de puro desocupao! Bueno... ¿y qué?... ¿Quién le enseñó tampoco a Roca la carrera e Presidente? ¡Se l´aprendió de afición y demasiado hace´l pobre para no haber estudiao...!*
-¡P´cha paloma... linda! ¡Parece un avestruz con sombrero calañés!
Y decir que hay una punta de infelices que jujan del modernismo así no más... ¡por la impresión que les producen las figuras! Ellos cren, quizás, qu´el arte´stá´su alcance porque conocen si es una vaca lo qu´el artista quiso representar... ¡y ya son dichosos!... ¡Si supiesen los pobrecitos qu´en el arte modernista la belleza está, precisamente, en todo lo no pintao, y que nosotros gastamos en cada pincelada tanto fósforo como pintura! ¿Pero qué van saber?... ¡Si en el mundo anda en circulación cada ejemplar de papanatas...! Si yo no me hubies´hecho modernista, ¿vamos a ver?... ¿de qué andarí´a estas horas? Tal vez fuera president´e la República, panadero, vendedor ambulante, o dueño de alguna cancha´e bochas... ¡como tantos! ¡Pucha! Cada vez que pienso en estas cosas se me paran los cabellos ¡y hasta me siento con ojos parecidos a los de Roca...! ¡La gran perra...! ¡y considerar que yo aprendí a pintar de afición no más y que me metí de modernista de puro desocupao! Bueno... ¿y qué?... ¿Quién le enseñó tampoco a Roca la carrera e Presidente? ¡Se l´aprendió de afición y demasiado hace´l pobre para no haber estudiao...!*