La formulación de analogías entre la poesía y la pintura se remonta a la afirmación de Simónides de Ceos en el siglo V a. C., recogida por Plutarco, según la cual «la pintura es poesía silenciosa, la poesía es pintura que habla». A sí como se ha atribuido tradicionalmente a Aristóteles el origen de la teoría literaria, también durante siglos se reconoció el origen de la teoría de las relaciones interartísticas en Horacio , que bebió de las fuentes griegas. Su Epistola ad Pisones —que ya Quintiliano consideraba una verdadera ars poetica — enfatiza y reitera la correspondencia entre ambas artes. El lema horaciano ut pictura poesis y la idea aristotélica de que la intriga de una tragedia se asemeja a una pintura, proporcionaron desde el Renacimiento una constitución al sistema de las artes basada en la asimilación entre poesía y pintura.
Sebastián Bianchi UNA/UNR